
- septiembre 3, 2021
POP ART
El arte pop es considerado un arte moderno, junto con el minimalismo y por lo tanto precursores del arte postmoderno, aunque inclusive se les llega a considerar como los ejemplos más tempranos de este.

Andy Warhol: Latas de sopa Campbell’s. Serigrafía y polímero sintético sobre tela. 1962.
De cualquier forma, el arte pop también es la continuación de ciertos aspectos del expresionismo abstracto, tal como la creencia en las posibilidades de hacer arte, sobre todo en obras de grandes proporciones. Del mismo modo, el arte pop era una extensión como un repudio del Dadaísmo. Mientras que el arte pop y el dadaísmo exploraban los mismos sujetos, el arte pop reemplazaba los impulsos destructivos, satíricos y anárquicos del movimiento Dada. Entre los artistas considerados como precursores del movimiento pop están Marcel Duchamp, Kurt Schwitters, Man Ray, Max Ernst y Jean Arp.
El arte pop temprano de Inglaterra se puede considerar entonces como una serie de ideas alimentadas por la cultura popular estadounidense vista desde lejos, mientras que los artistas estadounidenses estaban comprometidos con los derechos civiles, por la participación y por protestar en contra de la Guerra de Vietnam; estos mismos rechazaban el consumismo y los valores conservadores. Muchos artistas adoptaron técnicas mecánicas de imprenta para reflejar el mundo contemporáneo y distribuir su arte en masa.
La mayoría de las obras de este estilo son consideradas incongruentes debido a que las prácticas conceptuales que generalmente son utilizadas hacen que sean de una difícil comprensión. El concepto del Arte Pop no hace tanto énfasis al arte en sí, sino a las actitudes que lo conducen.
El pop art desea, sin ilusión alguna, hacer que las cosas hablen por sí mismas
Características del arte pop
Inspiración en la cultura de masas
Si los antiguos habían representado la imagen del mundo como lo conocían y concebían en sus obras, era obligación de los artistas contemporáneos hacer lo propio. Los artistas pop acudirían a aquellos objetos cotidianos que se estaban convirtiendo en los nuevos símbolos de “civilización”: ídolos mediáticos, figuras políticas, objetos fabricados en serie, tiras cómicas (cómics), carteles, embalajes y toda clase de imágenes simbólicas (señales de tráfico, collages, etc.).
El pop art comprendía que incluso los objetos de la cultura de masas podían contener elementos de belleza, y no solamente las venus y madonas de la Antigüedad. Claro que esto no dejará de ser también una provocación para el entorno intelectual, aspecto que los artistas pop aprovechan muy bien a su favor.
Descontextualización
Una de las estrategias del pop art fue tomar los objetos prestados y descontextualizarlos. Por ejemplo, sacar de su contexto una lata de sopa, un cuadro famoso o una fotografía, intervenirlos y transformarlos en una obra o una nueva obra. Algo semejante habían hecho los dadaístas con su técnica ready made desde que Marcel Duchamp creó su famosa Fuente: un urinal intervenido con la firma del artista, bajo el seudónimo R. Mutt, y que fue presentado como una obra museística.

Negación del virtuosismo
Estos artistas no preconizaban el virtuosismo como un valor. Con esto, el arte pop rompía con la idea de una obra de arte como resultado de un proceso complejo, largo y difícil, lo que favorecía el principio de reproducción múltiple.
Por ello, implementaron técnicas absolutamente inusuales en el campo de las bellas artes, como la serigrafía, el cómic con sus viñetas y estilo de la línea, algunas técnicas de la publicidad y de la producción masiva, además de collages y fotografías.
Algunos artistas fueron más radicales y produjeron happenings y espectáculos interactivos, lo que asestaba un golpe contra el coleccionismo y la mercantilización del arte.

Andy Warhol: Elvis doble. Serigrafía y polímero sintético sobre tela. 1963.
Incongruencia
El universo de símbolos que ofrecía el arte pop no era muy fácil de asimilar para los intelectuales de la vieja escuela, y, además, los artistas pop tampoco tenían una única posición frente a lo que representaban, lo que dificultaba las cosas. Por ende, sus propósitos no necesariamente estaban claros. ¿Criticaban el consumo? ¿Validaban el consumo? ¿Sacaban provecho de las circunstancias? Creaban así imágenes aparentemente incongruentes y provocadoras.
Humor
Como no pretendía ser un arte intelectual, el arte pop fue también un movimiento cargado de humor y guiños cómplices al espectador.
Lejos de las posturas infatuadas de los grandes teóricos e intelectuales del medio, los artistas pop ironizaban y reían del orden circundante. Quizá era un modo diferente de hacer crítica.

May Wilson: Retrato ridículo (con cello y querubín). De la serie Retratos ridículos. Técnica mixta. 1972.
Provocación
Todo esto hizo del arte pop un arte provocador, incitante, polémico. Por ejemplo, al cuestionar la idea de originalidad cuestionaban también la superioridad del genio creador, figura a la que se le rendía tributo desde el renacimiento. Cuestionaban asimismo el papel de los críticos, de los historiadores del arte, el concepto de los museos, los criterios de selección, los principios de la museografía…
Pero más allá de todo lo que hace interesante al pop art, es evidente que nada surge por generación espontánea, y que, antes de que los artistas pop se formularan este programa estético, generaciones previas fueron creando las condiciones para esta auténtica revuelta de los signos artísticos. Veamos cuáles fueron sus antecedentes y qué relaciones tenía el arte pop en el contexto creativo de los años 50.

Keith Haring: Sin título, del portafolio Andy Mouse. Serigrafía en papel. 1986.
Incongruencia
El universo de símbolos que ofrecía el arte pop no era muy fácil de asimilar para los intelectuales de la vieja escuela, y, además, los artistas pop tampoco tenían una única posición frente a lo que representaban, lo que dificultaba las cosas. Por ende, sus propósitos no necesariamente estaban claros. ¿Criticaban el consumo? ¿Validaban el consumo? ¿Sacaban provecho de las circunstancias? Creaban así imágenes aparentemente incongruentes y provocadoras.
Humor
Como no pretendía ser un arte intelectual, el arte pop fue también un movimiento cargado de humor y guiños cómplices al espectador.
Lejos de las posturas infatuadas de los grandes teóricos e intelectuales del medio, los artistas pop ironizaban y reían del orden circundante. Quizá era un modo diferente de hacer crítica.
Provocación
Todo esto hizo del arte pop un arte provocador, incitante, polémico. Por ejemplo, al cuestionar la idea de originalidad cuestionaban también la superioridad del genio creador, figura a la que se le rendía tributo desde el renacimiento. Cuestionaban asimismo el papel de los críticos, de los historiadores del arte, el concepto de los museos, los criterios de selección, los principios de la museografía…
Pero más allá de todo lo que hace interesante al pop art, es evidente que nada surge por generación espontánea, y que, antes de que los artistas pop se formularan este programa estético, generaciones previas fueron creando las condiciones para esta auténtica revuelta de los signos artísticos. Veamos cuáles fueron sus antecedentes y qué relaciones tenía el arte pop en el contexto creativo de los años 50.