

Esta victoria de Pinocho convierte a Netflix en el primer servicio en streaming en recibir este galardón, un hecho que confirma que las películas lanzadas en plataformas también pueden aspirar a lo máximo en los grandes premios. Esta es una tendencia que comenzó con Roma en los Oscar 2019 y que fue impulsada por la pandemia, pero que no siempre ha sido bien vista por un sector de Hollywood. Pinocho también es el primer filme premiado en esta categoría con un director latino, una prueba más del buen momento por el que pasa el cine iberoamericano.
Dejando a un lado el argumento de la película, conocido por todos, esta nueva versión de Pinocchio es toda una obra de arte de la animación stop motion. El culpable de ello es en buena parte Mark Gustafson, un especialista en esta técnica que ha animado anteriormente cortos como Mr. Resistor (1994), Bride of Resister (1997) o Joe Blow (2004).
Sobre el proceso de creación, Guillermo del Toro explicaba que hay una gran diferencia artística entre la animación stop motion y formato digital: «En los comienzos del stop motion se veía el parpadeo de la piel y la tela, incluso el polvo atmosférico de los decorados, además de pequeñas imperfecciones». Para el director mexicano está imperfección era hermosa, y esto era una de las cosas que quería transmitir en la película.
«Quería que esta película impactara con la expresividad y la naturaleza del material de una animación hecha a mano», aseguraba el director mexicano. El resultado ha sido un hermoso ejercicio artesanal de tallado, pintura y escultura fusionado con la sofisticación del movimiento al que llegaron tras investigar los equipos y las marionetas.